En 1700 llegó de Matute (La Rioja) el comerciante Francisco Antonio Somalo, hermano del párroco de Neda, para abrir un negocio entre el Camino Real y el río Jubia.
A comienzos del siglo XIX el pazo pasó a manos de Juan Adam Pensel, mineralista de origen alemán casado con una descendiente del fundador.
Tras morir sin descendencia, el establecimiento pasó a ser dirigido por Tomás Cebreiro, pero la propiedad fue reclamada por dos hijos que había tenido el sacerdote hermano del fundador.
Tras la muerte de estos la fábrica volvió a la familia Cebreiro.
Ya en el siglo XX pasó a manos del médico Francisco Cebreiro Barros.