El juego va aumentando su dificultad como lo es desde tirar las 5 piedras al suelo, seleccionar una, tirarla hacia arriba y cuando va en el aire tomar una piedra del suelo y recibir la que viene cayendo del aire, para luego en otra etapa tirar una piedra al aire y recoger dos o tres del suelo.
Tiene muchas etapas o pruebas que cada vez se van complicando, es muy entretenido para chicos y grandes.
Para avanzar en grados de complejidad, utilizaban progresivamente semillas más pequeñas.
A su vez, este juego así como la rayuela y otros juegos tradicionales es enseñado en educación física en nivel primario,[2] para favorecer el desarrollo de la psico-motricidad fina, la coordinación y la recreación al aire libre, entre otras cosas.
En Chile, el nombre de este juego se usa muchas veces para ejemplificar una actividad inútil u ociosa.
Existen muchas variantes locales, una de las formas más extendidas es la siguiente: Consiste en formar un arco entre el dedo índice y el pulgar, quedarse con una piedra en la otra mano y tirar las cuatro restantes frente el arco.
En ese momento quien esté jugando contigo elige cuál de las cuatro piedras será la última que debas meter por el ¨puente¨.
Normalmente se elige la más difícil para complicar las chances de hacerlo bien.
2º Se abrían las manos (lo más cerca del piso posible - recordemos que los jugadores estaban sentados en el suelo en rueda) y se dejaban caer las piedras que hubieran quedado entre ambas manos.
Mientras esa piedra estaba en el aire había que tomar las otras, una por una, y luego ir dejándolas a un lado.
Después de haber dejado caer las piedras al piso se procedía a recogerlas - la del uno, la del dos, etc. - pero sin dejar las piedras a un lado, y conservándolas en la mano, lo que hacía mucho más difícil levantarlas.