Venerada como beata[1] por la Iglesia católica También es conocida por su devoción a santa Filomena, la cual fue sanada y después de su curación la santa se hizo popular más que todo en Italia, también por su cercanía a san Juan María Vianney.
La semilla creció y otros grupos se unieron para ayudar a todas las misiones.
En 1832, el papa Gregorio XVI otorgó el estatus canónico a la Asociación del Rosario Viviente.
[5][6][7] A mediados del siglo XX, sin embargo, el número de miembros había disminuido notablemente, especialmente en los Estados Unidos.
La organización mantiene un sitio web en internet en philomena.org , escrito por Patti Dickinson, quien es la directora universal del Rosario Viviente.
Una voz le dice con fuerza que no debe ser religiosa; se mantiene laica, pero muy comprometida con la iglesia y los pobres.
Una enfermedad la obligó a suspender sus actividades y aprovechó para escribir el tratado: “El Infinito Amor de la Divina Eucaristía”.
Al oír eso, Paulina comenzó enseguida una novena a Santa Filomena… y su salud mejoró inmediatamente.
Ya podía sentarse, dar algunos pasos, escribir… Pero, poco después, tuvo una recaída, y los doctores advirtieron a los padres, que podría morir en cualquier momento.