Gracias a Enrique García Velloso se inició en el teatro junto a Florencio Parravicini en 1927 en Una casa en reposo, después trabajó con Enrique de Rosas, José Olarra, y José Gómez, actuando en teatros como El Nacional.
Estrenó la obra Amor y La fierecilla domada, con Esteban Serrador.
En cine interpretaba generalmente personajes de millonarias caprichosas en comedias producidas por Lumiton, demostrando un sorprendente talento para el género.
Participó en 10 películas, donde fue dirigida por directores como Manuel Romero, con quien hizo su primer film La rubia del camino, Elías Alippi, Enrique Santos Discépolo, entre otros, luego de su carrera cinematográfica se destacó en teatro y en televisión hasta sus últimos años.
En 1944 concluyó su carrera cinematográfica con Hay que casar a Paulina, de Manuel Romero.