Era la esposa del también periodista y crítico de cine Guillermo Fernández Jurado.
Se formó como periodista en el desaparecido Instituto Grafotécnico de Buenos Aires, hablaba fluidamente varios idiomas y tenía un vasto bagaje cultural.
Desde 1957 tuvo cargos directivos en la Cinemateca, a la que representó durante años en las reuniones anuales de la Federación Internacional de Archivos Fílmicos (FIAF).
Junto a Guillermo Fernández Jurado organizó ciclos y conferencias en la Cinemateca y posibilitó la visita a la Argentina de numerosos realizadores extranjeros.
Como directora de esa entidad logró conferirle dinamismo y popularidad hasta llegar a ser una de las entidades más importantes en su tipo en América Latina.