El equipo que posee el pato avanza hacia la línea final para arrojar al aro y así concretar un tanto.
Los jugadores de ambos equipos tienen derecho a recoger el pato cuando este se halla en el suelo, lo que exige un dominio del caballo y una gran fortaleza física.
Quien se hace con el pato puede pasarlo a un compañero ("cachetear") o cabalgar rumbo al aro.
Durante la cabalgada, se deben respetar ciertas reglas destinadas a evitar accidentes y preservar la competitividad.
El pato tiene como pariente más cercano a un antiguo juego persa, el buzkashi, practicado aún hoy en Afganistán, donde la prenda del juego es un carnero faenado al que se le han cortado la cabeza y las extremidades.
En distintos lugares de Europa donde se practica polo, se realizan a veces competencias de horseball, un juego que resulta ser la adaptación del pato argentino introducido en Francia en los años 1930 por el capitán Clave.