Las orejas son triangulares y siempre están erectas, su color es negro, gris oscuro o marrón con una pequeña sombra blanca en la cabeza y partes bajas del cuerpo, con algunas marcas blancas.
Se trata de una raza calmada, amigable y dócil, pero también muy enérgica, necesitan mucho ejercicio.
[3] Aunque los primeros indicios de aprovechamiento humano de rebaños de renos correlacionados con la domesticación del perro se remontan a la cultura Ahrensburgiense,[4] hace 9 o 10 mil años, se estima que la etnicidad Saami solamente llegó a existir hace unos tres mil años y reunió poblaciones procedentes del suroccidente, centro y este de Europa.
La alta frecuencia del haplotipo de ADN mitocondrial que demuestra el cruzamiento, permite pensar que el perro híbrido tuvo una clara ventaja selectiva.
[6] Muchos perros lapones se perdieron como resultado de la II Guerra Mundial.