Pascuala Rosado

La Comisión de la Verdad y Reconciliación, cuya labor fue principalmente la de elaborar un informe sobre la violencia armada en el Perú, la describe como una persona vigorosa, dinámica y con gran sentido social.

[1]​ En momentos en que el Perú se encontraba sumido en un tenso conflicto interno, Pascuala Rosado asumió una posición clara contra la violencia, enfrentándose abiertamente a Sendero Luminoso e instando a la población de Huaycán para que se defendiera y rechazara las acciones del grupo subversivo.

[2]​[3]​ Pascuala se enfrentó abiertamente a la violencia de PCP-SL.

Antes del asesinato había recibido amenazas previas y pedido protección.

Sin embargo, no solo fue asesinada, sino también despedazada utilizando una carga de dinamita con la finalidad de asustar a sus seguidores, como había sucedido con María Elena Moyano en 1992.