Parvovirosis canina

Afecta principalmente a cachorros de perro, aunque también puede infectar a gatos, produciendo alteración de las vellosidades intestinales, manifestada clínicamente como diarrea sanguinolenta y maloliente, junto con un deterioro del estado físico e interno del animal.

Dicho tratamiento se basa en una dieta rica en electrolitos, junto con reposición intravenosa hidroelectrolítica, necesitando ingreso hospitalario inmediato en algunos casos.

Algunos elementos sintomáticos son:La presentación más frecuente es la digestiva, al cursar con una gastroenteritis hemorrágica viral; el virus infecta las células intestinales (los enterocitos) y se replica produciendo necrosis y muerte celular, mecanismo responsable la sintomatología.

Además, la patogenia del virus requiere la presencia de factores moleculares presentes solo en células en mitosis, por lo que es indispensable que el tejido a infectar esté en proliferación (como en el crecimiento, o las células del epitelio intestinal).

Hay determinadas razas caninas que son más sensibles a contraer el parvovirus; este es el caso de los Poodle toy, dóberman, dogo argentino, pinscher, rottweiler, springer spaniel ingleses, y según los estudios, los pitbull terrier americanos y los pastores alemanes y también los galgos ((choiueros)) , corren el riesgo de enfermarse con mayor gravedad en comparación con otras razas.

El virus es resistente bajo condiciones climáticas extremas y puede sobrevivir durante largos períodos.

Esta presentación ocurre sin sintomatología digestiva y la infección viral ocurre en las células musculares del corazón (miocardio), afecta a animales muy jóvenes (semanas), y es causa de muerte súbita, los cachorros que sobreviven pueden quedar con algún defecto cardíaco permanente.

Es esencial la limpieza y desinfección de las áreas donde los perros se alojan para controlar la dispersión del virus.

Una vez los anticuerpos maternales hayan desaparecido a las 16 semanas de vida, el veterinario deberá aplicar la última dosis vacunal.