En 1666 dicha ermita fue demolida para dar paso a la construcción del templo.
El 3 de octubre del año 1864[4], ocurrió un Terremoto, el cual provocó que la cúpula y la bóveda se derrumbaran, cerrando así temporalmente la parroquia (durante 4 años), tiempo que llevó poder ser reconstruidas, agregando a su decoración un revestimiento de azulejo y talavera, reabriendo sus puertas en 1868.
El segundo cuerpo nos muestra una ventana coral mixtilínea con escultura al frente, flanqueada por columnas exentas sobre pedestal con capitel compuesto.
El interior de este templo se encuentra decorado al estilo neoclásico, conservando retablos churriguerescos y barrocos.
El sotocoro conserva el cancel elaborado en madera tallada y un arco escarzano con ornamentación vegetal en relieve.
A ambos lados del sotocoro se encuentran sendos retablos dorados de estilo churrigueresco y en las dos capillas laterales se destacan varias pinturas al óleo del pintor Manuel Caro, así como las dos pilas de agua bendita de piedra labrada en cuyos pedestales se representa al dios Camaxtli y el escudo imperial español.
Al oír los pregones, la señora Anzures salió a la calle y les compró una escultura del Niño Jesús, aun cuando no le hacía mucha falta, pues tan sólo trataba de ayudar a la esposa y los hijos del artesano.
Ante tan maravilloso acontecimiento, se pusieron a rezar novenarios y le dedicaron triduos (celebraciones religiosas que duran tres días) al Niño Jesús.
Ante esta circunstancia, la familia decidió donar la imagen a la iglesia para que el Santo Niño Milagroso tuviera un lugar adecuado donde fuera adorado.
El padre aceptó y, poco después, la mujer se curó del mal que la aquejaba.