El territorio que rodea el parque ha sido residencia tradicional del pueblo maorí desde tiempos inmemoriales, en donde se efectuaban tareas de recolección.
La expedición de Abel Tasman debió partir sin llegar a tocar tierra.
En 2006, el gobierno adquirió un enclave de 793 ha a una familia establecida allí desde 1860.
Se puede apreciar desde ellas las doradas playas y las aguas color turquesa de la Golden Bay.
Otras opciones incluyen paseos en Kayak y en barco que se pueden extender a las islas aledañas.