Bajo la dirección de Radetzky los alrededores del castillo fueron totalmente modificados; frente a la mansión construyeron una terraza con dos escaleras, una a cada lado, que fueron complementadas con las esculturas de cuatro perros que guardaban la entrada y más tarde también añadieron una escultura decorativa y una fuente.
A Radetzky le rindieron un gran homenaje en forma de estatua por sus contribuciones al parque.
Con los años surgieron varias ideas sobre cómo conseguir un ambiente del parque que fuera aún mejor.
La alameda de Latterman fue talada en los años treinta del siglo XX y en su lugar acondicionaron un ancho paseo que fue proyectado por el famoso arquitecto esloveno Jože Plečnik.
En 1929, en la parte oeste del parque se abrió una piscina pública, llamada Kopališče Ilirija que fue la más moderna en la antigua Yugoslavia.
El Parque Tivoli sigue siendo uno de los más populares lugares tanto para los ciudadanos como para turistas.