Max Fabiani nació en Kobdilj cerca de Štanjel, en el Craso esloveno.
Al terminar la escuela primaria en su tierra natal acudió durante 7 años a la escuela secundaria de Realka en Liubliana (Elektrotehniško-računalniška strokovna šola in gimnazija Ljubljana, conocida como Vegova, por el nombre de la calle en la que se encuentra).
Albin Belar, un año más mayor que él, fue compañero suyo de colegio.
Sus palacios en Viena se encuentran principalmente en lugares muy elitistas: en Artaria (donde remodeló parcialmente la planta baja), en Urania (a la que más tarde se agregó una nueva entrada) y en la secesionista Portois & Fix.
Regresó al Craso por el cariño que tenía a su tierra y su familia, especialmente hacia su madre.
Estos habían matada ya a 12 eslovenos rebeldes en la región costera ese año.
Tres veces fue recibido por Mussolini para tratar de los asuntos políticos en el Litoral esloveno.
Según algunas fuentes Fabiani siguió siendo fiel hasta el final al régimen fascista.
[2] La casa de Fabiani fue quemada junto con el rico archivo que contenía en Kobdil.
Juntos escribieron un conocido libro sobre arquitectura moderna, aunque su autor principal y quien firmó fue Wagner.
En una entrevista con la revista italiana La Nazione, publicada en 1966 (a título póstumo), el arquitecto declaró que Adolf Hitler trabajó brevemente en su estudio en Viena antes de la Segunda Guerra Mundial, y que le despidió debido a su falta de talento y dedicación.
En base a este plan se formó lo que hoy conocemos como el centro de la ciudad delimitado por las calles: Masarykova, Njegoševa, Roška, Karlovška, Aškerčeva y Prešernova y alargándose hacia el Parque Tivoli.
En un punto clave de la ciudad, Fabiani erigió un monumento a Prešeren; La en su momento polémica estatua fue realizada por el escultor Ivan Zajec.
Marko Pozzetto valoró a fondo al arquitecto desde un punto de vista científico, especialmente, por sus obras en Viena y Trieste.
Varias obras en Viena, Trieste Liubliana han sufrido cambios por diversas modificaciones y ampliaciones.
Sólo desde poco tiempo atrás se reconoce a Fabiani, junto con su contemporáneo Joze Plečnik, como los dos maestros que sentaron las bases de la arquitectura moderna en Eslovenia.