La paradoja del examen sorpresa es una paradoja relacionada con la lógica,[1] que puede describirse así: Los alumnos, tras escuchar a su profesor decir esto, difícilmente razonan del siguiente modo: Llega la semana siguiente, y tanto el lunes como el martes la clase continúa normalmente, y los alumnos están aliviados.
Sin embargo, el miércoles, el profesor entra por la puerta y les pide que guarden sus libros para realizar el examen.
Para estudiar esta paradoja, es útil observar una forma más simple de ella: El profesor dice a los alumnos: Por supuesto, los alumnos razonan que si ha dicho el día del examen, ya no puede ser una sorpresa, por lo que el profesor se está contradiciendo.
Podemos decir que estarán "sorprendidos" si no pueden probar razonadamente y consistentemente, que eso se va a producir de ese modo, usando las afirmaciones del profesor como axiomas.
En este caso, los alumnos están verdaderamente sorprendidos a la hora del examen.