Nacido en Milán, Frisi cursó sus estudios en el monasterio barnabita local y posteriormente en el de Padua.
Su amistad con Radicati, un hombre de ideas liberales, provocó que sus superiores clericales lo trasladasen a Novara, donde debió trabajar como predicador.
En esta época, un joven jesuita lo atacó cuando estaba realizando una disertación sobre la figura de la Tierra, lo que lo llevó a enemistarse con dicho grupo y a aliarse con sus enemigos, como Jean d'Alembert, Nicolas de Condorcet y otros enciclopedistas.
Recibió, en numerosas ocasiones, distinciones por parte de varios nobles europeos, y la emperatriz María Teresa le otorgó una pensión anual de cien cequíes.
Fue debido a sus conocimientos que pudieron introducirse en Italia los pararrayos para la protección de los edificios.