En cine, una panorámica es un movimiento de imagen que consiste en hacer rotar la cámara sobre su propio eje (horizontal, vertical o diagonal), sin desplazarla de lugar.
Suele realizarse apoyando la cámara sobre un trípode o haciéndola rotar directamente a mano.
[1] Las panorámicas pueden describir un lugar estático o seguir un personaje durante una trayectoria, y su función principal es relacionar elementos dentro de un mismo plano, que se encuentran, o bien dentro del mismo campo o en un fuera de campo inmediato.
Normalmente no acostumbran a exceder de una rotación de 150°, y cuando se hacen diferentes panorámicas continuas la recomendación es seguir la misma dirección en todas, para evitar despistar al espectador y poder dotar la escena de mayor naturalidad.
A la hora de grabar panorámicas, al posee un escenario inicial diferente al escenario final, se deben tener en cuenta aspectos como los cambios de luz o foco para evitar problemas técnicos como son el desenfoque o el contraluz.