Pan y sal

Ofrecer pan y sal es una tradición eslava para una ceremonia de salutación.

Existe una tradición similar en Lituania, el duona ir druska, y en Rumania, el pâine şi sare.

Como escribía Jakob Reitenfels, si los rusos veían a alguien comiendo, entonces le dirán las sagradas palabras jleb da sol, por las cuales —de acuerdo con su convicción— son expulsados los espíritus malignos.

Según el jesuita Antonio Posevino, pronunciaban las palabras jleb da sol al final de la comida, para concluirla.

Al entrar en la estación encontraron pan y sal, símbolo de bienvenida que les dejaron sus antecesores.

Ofrecimiento de pan y sal como símbolo de saludo