Vendió su alma al diablo a cambio de grandes conocimientos y poderes mágicos.
Tras años de eludir su destino, Twardowski fue finalmente engañado por el diablo y atrapado no en la ciudad, sino en una posada llamada Rzym (Roma en polaco).
Su única compañía es su compañero, al que una vez convirtió en araña; de vez en cuando Twardowski deja que la araña descienda a la Tierra en un hilo y le traiga noticias del mundo de abajo.
El diablo, sin embargo, prefiere huir y así Pan Twardowski se salva.
Se le suele representar como un noble polaco montado en un gallo o de pie sobre la Luna.