Es probable que la especie prefiriera los bosques costeros de la isla de Makira (anteriormente denominada San Cristóbal) en las islas Salomón, y la pequeña isla de Ramos que pertenece a Isabel, aunque también es probable que habitara en otras islas en la región.
La tala de los bosques bajos en su hábitat y la caza condujeron a su extinción.
A pesar de que fue observada por última vez en 1927, durante mucho tiempo la IUCN dudó sobre si declararla una especie extinta.
A fines del siglo XX se realizaron numerosas búsquedas en la zona donde habitó (Dutson, 2003), pero al concluir en el 2004 sin éxito la última búsqueda en Ramos, se la declaró oficialmente extinta en el 2005.
Es probable que se haya extinguido a mediados del siglo XX luego que la actividad en su hábitat aumentara durante el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, lo que afectó a varias poblaciones de aves endémicas de la región.