La esquina de Florida y Rivadavia fue un lugar importante de Buenos Aires ya a comienzos del siglo XIX, cuando Florida era la única calle con empedrado que llevaba al norte, a la plaza de toros del aún pequeño pueblo.
Esta vivienda sobrevivió todo el siguiente siglo, hasta que fue demolida para construir en ese lugar el Grand Hotel, proyectado en imponente estilo Segundo Imperio por el arquitecto Augusto Plou e inaugurado en 1901.
Era administrado por F. Ansermin y Cía., un inmigrante francés de origen humilde que había logrado ascender socialmente en Buenos Aires.
El Grand Hotel alojó a personalidades como Rubén Darío o Lucio Mansilla, pero fue adquirido en 1957 por la Cámara Argentina de Sociedades Anónimas, quien pagó indemnizaciones a los inquilinos por m$n 3.000.000.
El término palacio no se corresponde en este caso con un edificio de estilo clásico o aspecto imponente, sino que es un término de razones comerciales.