No obstante, el edificio ha sido objeto de importantes reformas en periodos posteriores, entre los que destacarían: las obras de una segunda época en la que el Palacio habría continuado incrementando su valor arquitectónico, afectando especialmente al zaguán; y una tercera vinculada a su transformación en caserío, que afectó a su configuración, volumen, estructura y tratamiento de sus elementos interiores y exteriores.
Los cinco últimos están repetidos y distribuidos simétricamente a partir de una única "eguzkilore".
En esta última planta, marcando el centro encontramos una saetera, de la que desconocemos su origen y función.
Por su parte, en la fachada lateral W la fábrica empieza a perder su regularidad, intercalando algunos mampuestos.
Construido todo ello en piedra de sillería, está presidido por una escalera doble, que desemboca en un rellano sustentado por un arco escarzano.
En el frente se ubican sendas puertas, centradas, en planta baja y la entreplanta.