En este paisaje se combinan el esfuerzo humano, familiar y generacional de los caficultores.
[1] Aunados, estos esfuerzos han establecido un modelo de acción colectiva que ha permitido superar circunstancias económicas difíciles y sobrevivir en un paisaje agreste y aislado.
De esta manera se ha desarrollado una caficultura basada en la pequeña propiedad, que ha demostrado su sostenibilidad en términos económicos, sociales y ambientales, y que ha posicionado su producto como uno de los mejores cafés del mundo.
Una región mayor al PCC y que incluye además parte del departamento del Tolima, ha sido tradicionalmente reconocida a nivel nacional e internacional como el Eje Cafetero y, más recientemente, como la Ruta del Café, a raíz de una campaña que busca promocionar a la zona a nivel nacional e internacional.
Los primeros pobladores que llegaron hacia finales del pleistoceno, hace unos 10.000 años, comenzaron a alternar las actividades tradicionales de cacería y recolección con aquellas propias de los cultivos.
Entre los años 3.000 y 2.000 antes de nuestra era, se produjeron importantes cambios socioculturales en la región.
Así las cosas, el PCC está conformado por un grupo de veredas rurales y cabeceras municipales (o cascos urbanos) que en su conjunto, son representativas de los valores que le dan singularidad a esta región.
Sustainable development and nature-culture linkages in the Coffee Cultural Landscape of Colombia.