Su coloración dorsal es parda con estrías negras y manchitas canelas; por debajo es blanco también con estrías negras y un borrado ondulado con el tono canela difundido en todas partes.
Suele encontrase a los autillo chólibas solos, en parejas o en grupos familiares.
Tienen hábitos nocturnos y durante el día permanecen entre la vegetación, pasando desapercibido gracias al camuflaje que le brinda su plumaje críptico.
Si es molestado por algo, vuela lentamente una breve distancia para volver a esconderse.
Emite vocalizaciones agudas y ásperas, siendo diferentes las voces del macho y la hembra, los cuales tienen por costumbre llamarse en una suerte de dúo durante las horas de la noche.