Cada osteocito se encuentra situado en una laguna tallada en la sustancia intercelular mineralizada del hueso.
Tiene una forma característica estrellada debido a que de su citoplasma surgen prolongaciones que corren a lo largo de pequeños canales situados en la matriz mineralizada del hueso, formando un laberinto de conductos llamado sistema lácuno-canalicular.
Los osteocitos se forman cuando los osteoblastos óseos quedan atrapados en la matriz osteoide.
El citoplasma es ligeramente alargado y basófilo, cuenta con numerosas prolongaciones citoplasmáticas.
Tienen poco desarrollado el retículo endoplásmico rugoso y el aparato de Golgi.