Soldati inició su carrera profesional como pintor y luego como dibujante en su Rosario natal.
En la revista PBT, 1916, publicó Aventuras de un matrimonio aún sin bautizar, más tarde llamada Las Aventuras de Don Tallarín y Doña Tortuga, «con un planteo técnico y temático sin precedentes en el país», según describe el investigador José María Gutiérrez al recuperar la serie identificando a su autor, que no la firmó, en su libro "La Historieta argentina de la caricatura política a las primeras series".
[2] Su obra, de acentuado estilo expresionista, manifiesta una admiración por el caricaturista y pintor germano-estadounidense Lyonel Charles Adrian Feininger.
En 1930 se presentó por primera vez en el Salón Nacional, donde mostró sus grandes obras como Carnaval a la distancia,[3] El portón gris, Mercado, El Garage, El niño pintor y El vendedor de los pájaros.
En su labor como periodista fue el director artístico de la revista El Hogar, colaboró con el diario Crítica (donde por el año 1914 tenía a su cargo la sección «La nota teatral del día»), en Gran Guignol (donde tenía a su cargo «La semana cómica», a la vez que ilustraba los textos de Julián J. Bernat y recreaba gráficamente los rostros de los personajes del teatro populachero), Mundo Argentino y Atlántida.