Durante sus estudios conoció al sacerdote Franz Jalics, con quien trabajó desde el año 1974 en los barrios marginales de Bajo Flores en Buenos Aires.
Días antes monseñor Serra le prohibió a Yorio dar misa en Buenos Aires.
Yorio consultó a su superior Jorge Bergoglio quien contestó que no entendía el motivo de la prohibición.
Dos días después, en la conferencia episcopal, presentó un primer informe en el que describía sus torturas (Legajo n.º 6328).
Jorge Bergoglio hizo campaña por su admisión al colegio Pio Latinoamericano y su inclusión en la Universidad Gregoriana.
En Quilmes ocupó varios cargos en la diócesis hasta que fue nombrado párroco en Berazategui.
Tanto Jalics como Orlando Yorio salieron de la Compañía de Jesús, pero más tarde se les ofreció la reincorporación a la misma: Jalics aceptó, pero no lo hizo así Yorio.
Existe un documental realizado en torno a la figura de Orlando Yorio titulado " Si callan gritarán las piedras.