Integró la Generación Comprometida, y tuvo una vida bohemia que le llevó al consumo de alcohol que al final fue el causante de su muerte en un cuartucho de la Avenida Independencia en San Salvador.
Sus trabajos literarios merecieron el reconocimiento de literatos como Claudia Lars, Juan Felipe Toruño y Manuel Scorza.
Se dedicó ocasionalmente al periodismo en El gráfico colegial (1952) y El independiente (1955).
Sus versos alcanzaron popularidad en su época, por lo que se motivó a vender pequeñas ediciones de su obra.
Según David Escobar Galindo, su trabajo se enmarca en un «ingenuo vanguardismo»; asimismo, se refiere al poeta con las siguientes palabras :