Este proceso toma en cuenta esencialmente las habilidades, la inteligencia, las aptitudes, los intereses, la preparación y los valores que constituyen la personalidad de cada individuo.
Los orígenes de la orientación vocacional datan del año 1908 en Estados Unidos.
Actualmente como menciona Gonzales y Oliveros (2012) muchas personas dentro del ámbito de la educación han mantenido una idea simplista sobre los procesos de orientación vocacional, centrado solo en la aplicación y comparación de pruebas tal como se hacía a ignición del siglo pasado.
Existen distintas visiones sobre la estructuración de procesos de orientación vocacional los cuales, fundamentalmente, perciben al estudiante como un ente activo y protagonista del proceso.
La exploración vocacional es un proceso que tiene la finalidad de despertar intereses vocacionales y adaptar dichos intereses a la competencia laboral del individuo y a las necesidades del mercado de trabajo.