Ora et labora (en español: ora y trabaja) es una locución latina que expresa la vocación y la vida monástica benedictina de alabanza a Dios junto con el trabajo manual diario.
El horario diario se establece teniendo en cuenta el verano y el invierno.
En la época de San Benito el trabajo físico se consideraba degradante.
El mismo capítulo 48: «Son verdaderamente monjes si viven del trabajo de sus manos, como nuestros padres y de los apóstoles.» También lo encontramos en la Lectio Divina (la lectura y meditación de la Escritura) que los monjes deben realizar en varios momentos concretos del día.
El investigador francés Marie-Benoit D. Meeuws demostró[1] que la expresión ora et labora tiene su origen en un libro sobre la vida benedictina escrito en el siglo XIX por Mauro Wolter, el primer abad de la nueva abadía de Beuronese (Alemania).