Sin embargo, también hubo militantes del Partido Comunista (PC), del Partido Socialista (PS), del Movimiento de Acción Popular Unitaria (MAPU), de la Liga Comunista de Chile, así como algunas personas sin militancia política.
[6][7] A su vez, el conocimiento del rol que jugó la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos y las numerosas denuncias de torturas y desapariciones empezaron a generar oposición a la dictadura militar dentro del Congreso estadounidense.
La reproducción de estas noticias en la prensa chilena tenía como propósito respaldar la posición del gobierno: que no había detenidos desaparecidos, sino que las personas buscadas por sus familiares habían huido del país.
[4][9] Puga también era en ese tiempo columnista de La Segunda, bajo el seudónimo «Alexis».
[1] Años después, el exagente Enrique Arancibia Clavel confesaría que la supuesta aparición de Silberman en Buenos Aires había sido un operativo —bautizado «Colombo»— encargado por Raúl Iturriaga Neumann para hacer aparecer a un «subversivo chileno» en Argentina.
Sobre ambos cadáveres había un lienzo que decía: «Dados de baja por el MIR.
[9] Unos días después, El Mercurio escribió en su página editorial: A pesar del intenso despliegue informativo, con el paso de los días rápidamente se inició un fuerte cuestionamiento a la información que publicaban los medios nacionales, debido a que las revistas O Día y Lea eran desconocidas, a que las listas las integraban personas desaparecidas que habían sido objeto de recursos de amparo, a que no había cuerpos y a la falta de información nueva, al mismo tiempo que los principales países involucrados comenzaron a desmentir la existencia de enfrentamientos armados contra guerrilleros.
[21] El Mercurio, en una nueva editorial publicada el 3 de agosto, validó de manera renuente los cuestionamientos, al afirmar: «¿Es verosímil en su conjunto la información que se ha estado suministrando?
En apariencias, no; y por lo menos debiera esperarse a estas alturas una aclaración o una confirmación precisa de las autoridades».
[22] El 1 de agosto el Comité Pro Paz presentó una solicitud a la Corte Suprema para que se designara un ministro en visita por las personas detenidas y desaparecidas durante sus arrestos.
En la ocasión, anunció una investigación sobre la materia, sin embargo esta nunca se realizaría.
Una desaparecida estaba embarazada y cuatro eran madres de niños muy pequeños.