Se basa en la alegría del esfuerzo, el valor educativo del buen ejemplo, la responsabilidad social y el respeto a los principios éticos fundamentales universales.
[1] Un principio de no discriminación es el corazón del Olimpismo.
El olimpismo dice que el goce de los derechos y libertades para practicar el deporte debe tener lugar sin discriminación de ningún tipo, como raza, color, sexo, orientación sexual, idioma, religión, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, o algún otro estado.
[2] En la Carta Olímpica se expresa como "una filosofía de la vida, que exalta y combina en un conjunto armónico las cualidades del cuerpo, la voluntad y el espíritu.
Así, desde 1990, la constitución del Olimpismo va encabezada por unos verdaderos principios fundamentales que se presentan como verdades inmarcesibles del credo fundamentalista olímpico, de un Olimpismo triunfante e imparable tras la caída de la Unión Soviética y el final de la Guerra Fría.