Olga empezó a perder su audición cuando tenía cinco años como resultado de una meningitis.
[2] Bajo su cuidado, Olga recuperó el habla y empezó a tomar notas sobre la autoobservación.
En 1954, el libro fue complementado con una segunda parte, publicada bajo el título "Cómo percibo y represento el mundo".
En 1972, una tercera parte fue publicada bajo el título "Cómo percibo, imagino y entiendo el mundo circundante".
Allí Olga Skorojódova trabajó hasta el final de su vida.