Por muchos años, las feministas creen que las mujeres han sido valoradas casi exclusivamente por sus atributos físicos.La «autocosificación sexual» es la valoración autocrítica que realiza una mujer a sí misma desde la perspectiva cosificadora propia del sexismo, tan difundida y normalizada por medio de la televisión, la publicidad, el cine, la pornografía y la prostitución; y que hace ver a la persona femenina como un mero objeto de satisfacción sexual para el hombre.Una mujer se autocosifica cuando prescinde de cualquier valor propio intelectual o psicológico dando única cabida a su apariencia y a su físico como modelo de identificación con su propia persona.Los resultados muestran un nuevo efecto pernicioso de la auto-cosificación, hasta ahora inexplorado: la mayor tolerancia ante situaciones cosificadoras como los piropos».Debido a que muchas veces la atención de la sociedad está sobre la objetivación femenina, la masculina no es tan común a pesar de que ha aumentado en los últimos años, los hombres aún son vistos como figuras dominantes y por lo tanto, el enfoque sigue siendo principalmente en las mujeres.Las normas de género que «existen» por razones culturales y geográficas u otros aspectos de identidad, a menudo erróneamente se consideran como inherentes o naturales al hombre.Por su parte, los hombres que no tienen características consideradas como 'masculinas ideales' (como cuerpo fuerte y tonificado) sufren de cosificación negativa, discriminación, rechazo e incluso se pone en entredicho su orientación sexual.La ISOS es una escala que muestra la objetivación sexual de los encuestados, tanto hombres como mujeres.La objetivación sexual crea la necesidad de criticar constantemente nuestra apariencia física que puede llevar a padecer trastornos alimenticios, vergüenza corporal y ansiedad.
La promoción de
lucha libre profesional
WWE
se destacó por los roles a los que sometió a varias mujeres a lo largo de casi 20 años, con la intención de atraer público masculino.
Al igual manera que las mujeres, pero en menor medida, los hombres también suelen ser cosificados como parte de publicidad.