Para la abogada, fue la continuación de una batalla que había comenzado cuando instaló su consultorio profesional en Saná, en 1990; fue la primera oficina legal en Yemen dirigida por una mujer.
[3] Después del juicio, Ali regresó a vivir con su familia en un suburbio de Sanaá.
Los medios también se cuestionaron si las regalías del libro realmente llegaban a la familia.
[10] Ali también informó que su exesposo solo le pasaba treinta dólares al mes de pensión alimenticia.
Según el Huffington Post, Ali se casó en 2014 y había tenido dos hijas.
Su educación no avanzó como planeaba y su familia la presionaba para que siguiera exigiendo dinero.