[1] El primer velódromo estable de Barcelona se inauguró en 1893 en la Bonanova.
Sin embargo, un lustro después dejó de acoger pruebas ciclistas en favor de otros deportes como el fútbol, dejando la ciudad sin una pista óptima.
A tal efecto constituyeron la Sociedad Anónima Velódromo, contando con el apoyo del Velo Club, que instaló en el nuevo velódromo un pabellón para sus socios.
[1][3] El festival inaugural, que se prolongó dos días, incluyó carreras de múltiples modalidades: júniors, amateurs, profesionales, internacionales, tándems e incluso pedestres.
[2] Al igual que pasara en el velódromo de la Bonanova, el terreno central fue utilizado para la práctica del fútbol, a pesar de sus reducidas dimensiones.