Nuestra Señora de las Gracias de Torcoroma

La mañana del 15 de agosto de 1711, don Cristóbal Melo envió a sus hijos Felipe y José a talar un árbol que tuviese buena madera para hacer una "canoa" con que fabricaba sus dulces.

Los jóvenes Melo Rodríguez se internaron en la montaña de Torcoroma y a medida que aumentaba la espesura, seleccionaban las posibles talas, hasta que encontraron un ejemplar destacado: a pesar de que era verano, exhibía hermosas flores encarnadas cuyo perfume se percibía de lejos.

Dada la complicada ubicación del mismo, al cortar su base se produjo un derrumbamiento y la parte principal cayó por un barranco.

Al día siguiente el 16 de agosto los jóvenes Melo Rodríguez con su padre don Cristóbal, continuaron buscando un árbol apropiado para el fin que requerían satisfacer, pero no dando con ninguno que les sirviera, determinaron utilizar el ya talado y se dirigieron al lugar donde había quedado caído.

[1]​ La noticia se esparció muy rápido por toda la región y los primeros milagros comenzaron a suceder.

Y dio permiso para que allí mismo se levantase una capilla en su honor.

Posteriormente dio orden para que la bendita imagen fuese trasladada a la iglesia principal de Ocaña con todo honor y pompa del caso".

Hoy en día esta imagen reposa en una capilla en el centro del Municipio de Ocaña donde miles de feligreses van a pedirles favores y que los ayude en sus obras cotidianas.

fray Francisco María Simón y Rodenas, obispo de Santa Marta.

Rafael Sarmiento Peralta, primer obispo de Ocaña.

Entrada a la capilla en el Lugar de la Aparición
Fuente de agua bendita en el santuario.