Nuestra Señora de la O
En ese mismo canon se había dejado constancia de la necesidad de mantener la unidad con las disintas iglesias por lo que respecta a los tiempos ltúrgicos; esta misma razón lleva dejar constancia de que esta fiesta que ahora se instituye ya se vive en otras iglesias lejanas, y recalcando la importancia de la nueva fiesta establece que la solemnidad de la Madre del Señor se santifique en todas partes el 18 de diciembre, y la natividad del Hijo y Salvador nuestro el 25 del mismo mes.Del texto del concilio se deduce que la fiesta se instituyó con el nombre de Anunciación de Nuestra Señora.No obstante, pronto fue conocida como Nuestra Señora de la O, porque las vísperas del 18 de diciembre, se comienza el oficio del breviario con las palabras, O Sapientia...veni!, y en los días siguientes con expresiones que comienzan también con la exclamación , ¡Oh!, en latín: O Adonai!, O Enmanuel; esta circunstancia dio lugar que, en la catedral de Toledo, ese día una vez acabadas las vísperas, todos los canónigos que asistían al coro repetían a grandes voces, y sin orden ni concierto, O, O, O, para manifestar el deseo de que viniese el Redentor del mundo.[3] A este origen del título de la advocación, se ha unido en la mentalidad popular un detalle presente en algunas imágenes de la Virgen, en las que para expresar que está encinta, y la expectación del parto, muestran un círculo sobre el vientre de Nuestra Señora.