Los nucleros, lugar donde el apicultor desarrolla los núcleos originales que darán comienzo a una colmena, son en general cámaras de cría de tres, cuatro o cinco marcos móviles.
La idea es que un pequeño grupo de abejas encuentre en el núcleo un espacio reducido para que pueda termorregular la temperatura interior del mismo fácilmente.
Una vez que este núcleo tiene suficiente número de abejas, es trasladado a la cámara de cría donde comienza la expansión, hasta llegar a cubrir con abejas los diez cuadros, o los que contenga el tipo de colmena que se utilice.
Presentan en las zona templada piqueras pequeñas, para que no pierdan temperatura, y a medida que las zonas son cálidas los mismos son situados a la sombra, para que el pequeño grupo de abejas inicial logre enfriarlo o calentarlo fácilmente.
El traspaso posterior a cámara de cría debe hacerse cuando la población ha crecido.