Novo millennio ineunte
[1] La carta apostólica describe las prioridades de la Iglesia Católica para el tercer milenio y en el futuro.La primera parte es –«La herencia del Gran Jubileo»- que es una valoración de los resultados del Jubileo del Año 2000; la segunda parte es –«Un rostro para contemplar»- y está dedicada a Cristo; la tercera parte de la carta apostólica es una llamada a los bautizados a la santidad.Esta frase fue repetida a menudo por el Papa Juan Pablo II y citada por otros.[5] Se concede la máxima prioridad a la santidad o santidad: "Todos los fieles cristianos ... están llamados a la plenitud de la vida cristiana".30) La segunda prioridad son los medios básicos para llegar a la santidad: "Esta formación en la santidad exige una vida cristiana que se distinga sobre todo en el arte de la oración ".