Entre sus atractivos se encuentran sus mosaicos, las hermosas vidrieras y la cripta de San José.
Una estatua dorada suya se añadió a mediados del siglo XIX.
Como consecuencia se iniciaron en 1872 los trabajos para la nueva basílica, cuyo interior no quedó finalizado hasta 1964.
La basílica tiene cuatro torres principales y un campanario, coronado con la estatua dorada de la Virgen María.
El santuario superior está extremadamente ornado, en comparación con el sobrio exterior, mientras que el inferior tiene un diseño mucho más sencillo.