La norma clásica se compone de dos aspectos: Si la grafía clásica nació un poco antes del año mil (con los primeros documentos escritos en occitano, la norma clásica se desarrolló en tres etapas a partir de 1935: La norma clásica se expandió sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo XX, haciendo recular a la norma mistraliana.
Sin embargo, aún hay casos de concurrencia: Las diferentes grafías concurrentes del occitano (clásica, mistraliana, bonaudiana, de la Escuela del Po) se concibieron en principio para representar hablas o dialectos, sin fijar una variedad estándar del occitano.
Sin embargo, la norma mistraliana engendró desde finales del siglo XIX la aparición de tres koinés literarias regionales: una en provenzal general, una en nizardo y otra en gascón bearnés.
Además, puede decirse que la koiné provenzal mistraliana prefigura una lengua estándar.
La norma clásica, a partir del siglo XX, ha perseguido el desarrollo de esas tres koinés pero ha favorecido también koinés regionales suplementarias en limosín y en languedociano.
La mayor parte de los especialistas están de acuerdo en que el occitano estándar se compone: Provenzal nizardo Toti li personas naisson liuri e egali en dignitat e en drech.