Nora la rebelde

Nora la rebelde es una película de comedia mexicana de 1979, dirigida por Mauricio de la Serna, escrita por Raúl Zenteno y Fabián Arnaud, y protagonizada por Olga Breeskin y Andrés García.

Nora es una bella y despampanante estudiante de música que quiere ser violinista como su fallecido padre hasta que, cuando se entera de que viene a México el virtuoso artista Sándor Horváth, ella hará lo imposible para conocerlo en persona pero, en el camino, se verá envuelta en una desternillante serie de “accidentes” fortuitos, causados más por culpa de sus encantos que por su talento musical hasta que, por culpa de un malentendido, Nora termina recibiendo la peor decepción de su vida y decide suicidarse pero afortunadamente un vecino suyo, el dentista Gerardo, logra impedirlo tras confesarle un par de cosas que tenía guardadas para ella desde hacía tiempo y que terminarán haciéndola reflexionar sobre la vida y el amor, además de olvidar el sacrificio de seguir estudiando música.

Sin embargo, y a pesar de la "declaración de intenciones" antes señalada, esta película obtuvo malas críticas debido a su poco desarrollado argumento, el cual raya en contradicciones al tratar de vender al público la idea de ser una cinta -en apariencia- atrevida, pero que al mismo tiempo podría ser vista y comercializada a una amplia audiencia (muy probablemente porque la productora de la misma es una empresa del Grupo Televisa) aunque, con todo y eso, Nora la rebelde se mantuvo en cartelera durante cuatro semanas.

Se dice que esta película estuvo más o menos inspirada en la misma biografía de Olga Breeskin, quien para la época era considerada como la vedette número uno de México y, además, esta terminó siendo su película más conocida.

Originalmente esta cinta iba a ser titulada como: “Todos queremos ver a Nora” (parafraseando la canción “Todos queremos ver a Olga”, con la cual Breeskin abría sus espectáculos), aunque en algunas emisiones televisivas posteriores la película es presentada bajo el título de “Ayúdeme, doctor”.