Su uso era frecuente cuando se nombraba a miembros de la realeza china, coreana, vietnamita y japonesa.
En China y Vietnam eran dados para honrar la vida de personas que no tenían títulos hereditarios, como por ejemplo los cortesanos.
En la tradición japonesa, el emperador recibe un nombre póstumo acorde a su reinado.
A una persona que no pertenece a la realeza se le puede otorgar un nombre póstumo budista, en este caso es llamado Kaimyo, aunque en la práctica generalmente se continúa usando el nombre que usó en vida.
Se dejó de utilizar durante la dinastía Qin y se retomó durante la dinastía Han, luego del deceso del Emperador Qin.