Ninon de Lenclos

Impulsó un concurrido salón literario en Marais compartiendo tertulia con los dramaturgos Molière, a quien apoyó, o Racine.

[1]​ Lenclos defendía una vida dedicada a la búsqueda del placer refinado sin la restricciones religiosas convencionales.

Se dice que el autor Horace Walpole nacido años más tarde del fallecimiento de Ninon le pondría el sobrenombre de «Notre Dame des Amours».

Clasificó a sus amantes en “pagadores”, “mártires” (pretendientes desesperados) y favoritos o "caprichos”[3]​ (funcionarios electos del momento).

Unos meses antes de su muerte, con casi 85 años, se presentó a sí misma al joven Voltaire que entonces tenía unos 11 años y era alumno del colegio jesuita Louis-le-Grand de París.

Lenclos mantuvo una correspondencia posterior (1697-1702) con Saint-Évremond, un amigo neoepicúreo, discípulo de Gassendi.

Publicadas por primera vez en 1752, estas cartas expresan sus puntos de vista sobre el envejecimiento y la muerte.

En otra carta, esta vez al desterrado libertino Charles de Saint-Évremond, medita sobre el destino del ser humano en el tiempo: Como notoria cortesana, Lenclos escandalizó a Francia por sus numerosos asuntos con destacados estadistas y eclesiásticos.

Como filósofa, justificó la licencia sexual con sus teorías naturalistas de la naturaleza humana y la moral.

Considera que las experiencias humanas supuestamente espirituales, el amor en particular, son solo una variación sofisticada de los instintos animales.

En su teoría mecanicista del mundo, la causalidad material es responsable de muchas de las actividades intelectuales y volitivas que otros filósofos atribuyen erróneamente a un alma inmaterial.

Ninon de l'Enclos