Sus tres hermanos Andréi, Aleksandr y Piotr también estuvieron vinculados al Spartak durante sus vidas.
[2] El equipo creció, se construyó un estadio apoyándose en la venta de entradas y jugando partidos en toda Rusia.
Como deportista de alto nivel, Stárostin entró en contacto cercano con Aleksandr Kósarev, secretario del Komsomol (Unión Comunista de la Juventud) que ya tenía una fuerte influencia sobre el deporte y quería extenderla.
Como entusiasta futbolista en su juventud, Beria había jugado contra Stárostin en la década de 1920, sufriendo una derrota humillante.
Kutarzhevski, utilizando su influencia, logró que varias personas que supuestamente habían sido reclutadas para servir en el ejército durante la Segunda Guerra Mundial no fueron enviados al frente y se quedaran en Moscú.
[5] Durante su tiempo en el gulag, las habilidades de Stárostin fueron muy requeridas y se desempeñó como entrenador en diversos campos.
Como preso fue tratado con benevolencia por los comandantes que miraban con buenos ojos el fútbol y obtuvo numerosos privilegios.
La policía secreta de Beria pronto visitó a Stárostin en su casa, dándole veinticuatro horas para abandonar Moscú.
Los dos pasaron todo el tiempo juntos, incluso durmiendo en la misma y amplia cama (Vasili con una pistola debajo de la almohada).
Stárostin pidió que se le permitiera vivir en el sur de Rusia y Vasili aceptó, con la condición de que fuera el entrenador del equipo local del Dinamo.
Stárostin fue enviado inicialmente a Akmolinsk, donde entrenó al equipo de fútbol local.
Como parte del movimiento hacia la "desestalinización" se declaró una amnistía para varios presos políticos y Stárostin estaba entre ellos.