Nikkō Tōshō-gū

[2]​ El lugar fue designado un santuario durante la era Meiji, pero aún conserva elementos budistas, como la pagoda, el depósito de sutras y la puerta Niōmon.Una avenida bordeada por 13 000 cedros (Sugi-Namiki Kaido) lleva a la entrada del recinto,[3]​ al cual hay que acceder por una torii de granito.[4]​ En el primer patio se encuentra la pagoda Gojū-no-tō, de cinco niveles; donada por un daimyō en 1650, y reconstruida en 1818 tras un incendio que la consumió tres años antes.Esta estrategia constructiva desplazó el centro de gravedad del edificio, incrementando su resistencia a vientos y temblores.Por varias horas todos los días, el establo es usado para guardar al caballo que el gobierno de Nueva Zelanda regaló a Nikkō.Los interiores están adornados con laqueados, minuciosas esculturas de vivo colorido y magistrales paneles pintados (fusuma).
Gato en la entrada del templo principal de Tōshō-gū.