Lancret admiró e imitó el estilo de Watteau de tal modo, que ha sido descalificado como un simple imitador sin originalidad.
Sus pinturas se caracterizan por presentar a los personajes vestidos de forma elegante, por los paisajes delicados y por la atmósfera de plácida alegría.
El original correspondiente a La Tierra se exhibe en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid.
Del cuarteto se publicó poco después una serie grabada, en la que participaron grabadores como Cochin, Nicolas Tardieu y Benoît Audran el Viejo.
Se cree que los grabados fueron encargados directamente por Lancret a dichos artistas para dedicárselos al marqués.