Ello se traduce en la inclusión de elementos folclóricos, místicos y sonidos orgánicos con «tintes chamánicos»[14] en sus pistas.
[2] Nicola Cruz hace un especial hincapié en el estudio de los ritmos, ya que comenzó como percusionista.
Él mismo calificó su estilo como andes-step, aunque también se muestra contrario a la aparente necesidad que existe en la música actual de etiquetar todos los géneros y estilos musicales, no queriendo encasillarse en ninguno en particular.
[9] A pesar de que su música claramente se cataloga como electrónica, evita un predominio del sonido digital, en favor del sonido más analógicos[3] de instrumentos tradicionales como la marimba, la sampoña, el charango o la flauta siku.
[1][8] En este sentido, él comenta: «la computadora en mis producciones la uso como último recurso, todo lo demás me gusta hacerlo afuera».