Educado en París y Nueva York, y de una familia aristocrática de la capital colombiana (su padre y hermano mayor eran cercanos a Simón Bolívar),[1] fue activista en contra de las medidas liberales del presidente José Hilario López, quien ordenó su encarcelamiento por tres meses, en 1850.
[2] Luego de su liberación, Tanco huyó de Colombia para emprender empresa en el exterior.
[3] Se ganó el apodo cariñoso de Tanco-Chino, juego de palabras entre su apellido y su apariencia desaliñada, además de que fue el primer ciudadano colombiano en pisar China y otras regiones de Asia, a mediados del siglo XIX.
[4][1][3] Se convirtió en el primer estudioso colombiano de la cultura asiática, que para ese momento era exótica y desconocida, lo que le granjeó una inmensa popularidad en su círculo aristocrático.
[4][7] Sus últimos días los pasó como embajador en Lima, donde falleció.