Adams, establece la teoría de que "Las Escrituras" -refiriéndose a la Biblia- "por tanto, son las bases, y contienen el criterio por el que he visto se debe hacer todo juicio".
Por ello concluye que "los consejeros cristianos calificados apropiadamente entrenados en las Escrituras son competentes aconsejar, más competentes que los psiquiatras o cualquier otra persona".
En su tesis, Adams arguye, no solamente los fracasos de las técnicas y teorías psiquiátricas y psicológicas, sino que además enfrenta a estas formas de tratamiento como pensamientos filosóficos y hasta religiosos.
Al compararlos a las doctrinas bíblicas, Adams llega a la conclusión de que no solamente no son útiles para los ministros cristianos, sino que son contrarios al Evangelio.
La principal aportación de Adams, es el poner en un marco teórico la consejería personal basada en la Biblia y dotar al consejero cristiano una alternativa a las doctrinas psicológicas y psiquiátricas.